Querido Claudio,

No quiero dejar pasar más tiempo para enviarte estas líneas como Presidente de la ACAL, para que por favor por tu intermedio hagas llegar estas líneas a los demás miembros de esa institución que con tanto afecto y cariño respondieron a la noticia de la muerte de Guillermo.

Como sabes, estábamos mi hija Ana María y yo acompañando al whittem mayor al Perú donde había sido invitado al I Congreso de Ciencias Fisiológicas en Arequipa. Congreso que con mucho trabajo logró organizar el Dr. Azael Paz Aliaga, Jefe de Fisiología de la Universidad San Agustín en esa ciudad. Azael vino una vez a un curso del CLAB en el IVIC y luego hizo su doctorado en ese instituto. El congreso en Arequipa fué todo un éxito y tanto los estudiantes, profesores y Guillermo lo disfrutaron al máximo. Fue también ahí, el día 17 de Noviembre que Guillermo cumplió 87 años.

De Arequipa nos trasladamos a Puno ya que queríamos volver a visitar esa región tan interesante, especialmente una pequeña iglesia en el pueblo de Pomata también a orillas del lago Titicaca, la cual data de 1532 y habíamos conocido él y yo en 1962.

Creo que Guillermo quería que este fuera su último viaje y ahí nos dejó. Sus cenizas reposan junto a otros amigos y colegas alrededor de lo que la Universidad Cayetano Heredia ha bautizado como el «Manzano de la Sabiduría».

En lo familiar, con tantos mensajes tan cariñosos, nos hemos dado cuenta de la gran huella que Guillermo ha dejado, tanto en lo profesional como en lo personal y siempre estaremos muy agradecidos.

Con un gran abrazo a todos, quedo

Dorothy

whittcomplex@gmail.com